martes, 15 de noviembre de 2011

¡Sigue soñando, botarate!

Cállate, cierra el pico y no me revientes la cabeza. Para de llenarla de sandeces. No discutamos hoy. Transformémonos, conozcámonos de nuevo. No me apetece gritar, ya no tengo fuerzas. Desnúdame en silencio, reconciliemos nuestros cuerpos, amemos nuestras almas. Puede que este sea nuestro último encuentro y ... nos merecemos un buen recuerdo, mañana para ti yo ya habré muerto, decía Rubén y Leiva y ahora desde mi cama te lo imploro. Te lo imploro desganada, agotada, yonki de la sensación de afecto y sustento...

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