lunes, 28 de noviembre de 2011

Sex on fire 3/13

SHARON: Domingo en Lower East Side. Amanece en Manhattan y el primer rayo de sol se cuela por la ventana tiñendo de naranjas cálidos un mundo gris que no reconozco como mío. Doy vueltas sobre la cama hasta despertar incómoda por la luz. Intento levantarme y me estalla la cabeza. Maldigo a los vivos porque los muertos deben estar cansados de mi. Me dejo caer en la cama y una mano se desliza por mi vientre hasta donde este pierde su nombre. Me dejo hacer y esta mano tiene dueño, un dueño que habla susurrándome al oído un "Tenías que acabar así, desnuda en mi cama". Grito al reconocer su voz y le miro incrédulo, nerviosa y avergonzada por la nueva caída de mi fachada. Arrastro las sábanas hacia mi enfurecida al ver que posaba su mirada sobre mis senos desnudos.
Me doy asco y voy en busca de mi ropa por el suelo bajo su atenta mirada. Él me habla y ante mi ignorancia se levanta y me acorrala. Intento gritar pero me tapa la boca. Y me callo débil ya que mi respiración contenida suplica que me deje ir. Mi mirada viaja de izquierda a derecha rezando por no volver a ser suya. Retira la mano y me hace prometer que me portare bien. Me besa descontroladamente acercando mi rostro al suyo con ambas manos y coloca una de estas por mi espalda. Me lanza sobre la cama y deseo matarle pero él sabe que no lo haré y eso me enfurece más
Cierra la puerta y acto seguido deja caer las llaves al suelo. Se acerca con su torso desnudo hacia mi. Se muerde los labios y se lanza sobre la cama. Mi respiración se acelera, siento miedo y me paralizo. Sostiene mi barbilla y mi cuerpo se anula completamente impidiéndome retroceder centímetros para alejarme de él. Le odio y eso le excita. Aprieta con más fuerza mi barbilla y me insulta una y otra vez. Saca con la mano izquierda tras pastillas de MDMA. Las separa en su mano mientras se coloca de rodillas ante mi. Me repugna para ansío tener una de ellas. Sostiene mi cuello y parte de nuca por detrás con fuerza y me atrae hacia él para besarme. Finalmente vuelve a lanzarme sobre la cama y enfurecida intento pegarle una bofetada que frena rápidamente con la mano derecha de modo que quedamos de perfil respirando agitadamente. Caemos por su fuerza los dos en la cama y las pastillas impiden que cuenten el resto.


ROBERT: Acelero perdiéndome por la interestatal de NY. La he llamado siete veces o quizás una más. Cambio de marcha y vuelvo a acelerar. Abro como puedo una botella de Jack Danield's porque me recuerda a ella y la bebo sin cesar hasta hartarme. Odio pensar en ella, pero es inevitable, juego conmigo, sabe que mi deseo crece pero no le importa lo más mínimo. No se donde está y cuando mi móvil no suena por Sam que llama alterada por saber mi paradero vuelvo a llamarla a ella. Sam es calor del fuego que se convierte en abrasador por Sharon. Y jamás desee quemarme tanto como en este atardecer. Abro la ventana y lanzo la botellas casi vacía. Aprieto a fondo el acelerador con más rabia cuando Sam vuelve a llamar y me siento culpable por huir de un cielo ya que esta turbado de un infierno que no me deja respirar. Sharon. Necesito que se mía.
Hay rumores en New York. Todo Manhattan duda de si volverán a verles juntos. Se desconoce el paradero de Sharon Maslow y Robert McDylan. Tampoco ellos saben el uno del otro desde el sábado noche. Mañana, cuando entre la noche en el bar de Lower East Side (Manhattan-NY) podremos daros nuevos datos. Hasta entonces, seguiremos informando.

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