viernes, 25 de noviembre de 2011

Sex on fire 1/13

SHARON: Líneas de cocaína que conducen al sumos del placer. El éxtasis recorre mi sistema nervioso y lo altera, lo hace suyo, viven un romance fugaz, puro y real. Salgo de un salto al escenario, juego a desafiar al equilibrio y las normas establecidas. Y ahí está él. Vuelve a ahogarme esa tensión habitual. Es como una inyección letal con placer previo. Su mirada aniquila pero no estoy dispuesta a pagar ese precio. Y estamos gritando en el estribillo, somos uno, somos fuego que arde y crece. Grita. Gritan nuestro nombre y lo vuelven a hacer. Doy la espalda al público y sonrío olvidándome de donde estoy. Llevo los ojos al cielo, mi pelo hacia atrás, respiro hondo, él sonríe... Me dejo caer y el público me sostiene.
El rock venció sobre la mediocridad de la sociedad. La cocaína fue la barrera contra tus lanzas que queman y abrasan. Y me alejo sobre la multitud. Tú cantas, cantas para mi, vas a buscarme cuando esto termina, pero no me encontrarás. No tendremos un "lo nuestro".


ROBERT: La he visto enloquecer encima de un escenario. Dar su vida en cada nota, amar cada golpe del batería. Y ondear su pelo en cada salto como si de un latigazo se tratase. Su contoneo desgarrador, su mirada atractivamente suicida antes de cada estribillo, siempre apunto de lanzar el grito adecuado en el momento exacto. Ella no lo sabía, pero yo la desnudaba siempre que podía porque en cada actuación mi mirada era fuego y su ropa ardía como enemiga vencida por el deseo abrasador. Tenía que ser mía.


Hay rumores en New York. Dos jóvenes de Lower East Side (Manhattan-NY) juegan a ser inmortales. El precio que tendrán que pagar por ello es superior a su propia vida y aún no lo saben. Él la busca y ella rechaza esa idea. El centro de Manhattan se hace eco de la noticia. Todo East Village y Greenwith Village murmuran preguntándose por ellos, saben que están apunto de presenciar una muerte segura, un homicidio involuntario. Y es que dos jóvenes de corazón analfabeto, diabético y anárquico están apunto de desearse de una manera demencial y abrasadora y lo confundirán con "el amor" el cual jamás, si se trata de él, debe ser insano.

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