martes, 6 de diciembre de 2011

Sex on fire 5/13

ROBERT: [...] Finalmente la agarro por el brazo derecho e intento sacarla del apartamento. Me mira seductora y desafiante.
Su fuerza crece y consigue soltarse antes de salir por la puerta. Vuelve a entrar al apartamento y busca por mi habitación algo de dinero y las llaves de mi coche. Intento detenerla pero no lo consigo. Aunque a lo mejor es mi anulación total ante su presencia. 
- Si vienes conmigo, me sigues. Si no, ya nos veremos aunque no sabría decirte cuando. No te aseguro llegar a la noche de mañana. 
Agarro sus manos antes de que salga de la habitación y como típico acto reflejo ‘femenino’ suyo eleva su rodilla izquierda hacia mi entrepierna. Respiro enfurecido por el dolor y su soberbia. De pronto me regala un beso rápido y huye por las escaleras. Sin pensarlo agarro mi cazadora y corro tras ella y antes de salir veo a Sam levantándose lentamente del sofá a causa de los ruidos. Cierro la puerta y bajo las escaleras con la intención de perseguirla. Busca mi coche al cruzar la esquina y lo ve aparcado al final de la calle continua. Corremos casi a la misma velocidad y abre el coche antes de llegar a él pero consigo frenarla.
- ¡¿Qué?! – grita ella de nuevo desafiante.
- ¿Has vuelto a drogarte? 
- Déjame, no tienes ni puta idea de mi vida… - sus ojos empiezan a brillar e inconscientemente se muerde el labio y su respiración se agita intentando contener el llanto.
- Sharon ¿qué mierda…? 

Corre hasta el coche y la sigo, entro por la puerta del copiloto y nos adentramos en el corazón de Manhattan. Sus calles casi desiertas cuentan historias nocturnas. Algunas parejas vuelven a casa, coches que buscan direcciones opuestas entre el silencio y luces multicolores que enfundan a la ciudad de vida por poco tiempo antes de que el sol amanezca y sea la gente la que insufle vitalidad a las mismas calles. 
La miro y me aterra. Mientras conduce concentrada empieza a llorar casi sin hacer ruido. Se lleva el pelo hacia detrás y como puede enciende un cigarrillo bajo mi atenta mirada. Derepente quiero protegerla, necesito hacerlo. Intento hablar y ella me frena.
- Es un hijo de puta. Pero es lo que me merezco ¿no? – saca el humo lentamente- Me importa tan poco todo que ni siquiera temo por mi vida. Me doy asco. Voy en busca de cocaína o algún chute… - respira hondo inclinando el cigarrillo repetidamente incitando a la caída de su ceniza- se que puedo conseguir lo que sea jugando con mi cuerpo pero... Robert… Todo lo que necesito son unas putas rallas de cocaína al día. Ofrezco mi cuerpo al juego para matarme lentamente y ¡mírate! Tú crees que soy una jodida yonki porque me miras por encima del hombro, lo sé, no te preocupo tan solo quieres que me relaje y te de tu puto coche ¿eh? ¿sí? No soy ninguna… - se le escapan nuevas lágrimas y acelera el coche.
- Sharon… No corras, relájate – intento no parecer nervioso.
Le arrebato en un movimiento rápido el control del coche y giro el volante para cambiar de dirección, ella grita asustada y...


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