martes, 13 de diciembre de 2011

Sex on fire 8/13

ROBERT: [...] Ata su pelo en un intento de coleta que finaliza en recogido mal acertado pero curiosamente encantador y entonces llego yo. No tardo en encontrarla derrotada en la cama y mis ojos la preguntan ‘¿por qué?’. Su mirada no tarda en responder un ‘porque te quiero y no me estás tratando bien’. 

Sabe que he estado con Sharon, pero lo olvida cuando lanzo la bolsa al suelo tras acercarme a ella y obligarla a que pose su torso en la cama. A centímetros de ella aún se ve más hermosa. Mi mano derecha suelta su recogido sin hacerla daño. La beso y ella no responde. La miro casi suplicándole que se deje hacer. La necesito. Cede como siempre ante mi chantaje emocional y me siento culpable pero lo olvido tras besarla con fuerza perdiendo mi mano por debajo de su sudadera. Su respiración se entrecorta y sin dejar de besarla con un hábil gesto necesitado de su ayuda desnudo sus piernas. 

De pronto nos hacemos uno desnudos entre las sábanas y vuelve a ser de noche en de Lower East Side. Sus jadeos me excitan. Es tan dulce… Mis labios recorren sus senos hacia lares continuos a donde su abdomen pierde tal nombre no sin antes mirarla tentador. Muere de placer y más tarde la hago mía como jamás lo hice. Pierdo el control sin saber como y me indica que la estoy haciendo daño en varios susurros pero yo no la escucho. Su pelo de pronto oscuro me enreda intentando asfixiarme. Sus senos cogen volumen y sus curvas en sí se acentúan. Su saliva es Jack Danield’s caliente. 

- Robert, me haces daño ¡me haces…! – apenas termina la última palabra que se ahoga en un gemido doloroso.
- S… Sharon… - consigo decir y de pronto reacciono- Oh, Sam… - empiezo a rogarle ante su inmediata separación y arrastre se sábanas hacia a su cuerpo en un esquina- Samanta, no… 
- ¡¡SHARON!! Siempre, ¿te has acostado con ella, verdad? Sabía que… Que idiota he sido – se levanta dejándome con las sábanas en la cama. 

Se viste deprisa ante mil explicaciones mías. Recoge su pelo con una nueva goma y agarra la bolsa que lance al suelo con la seguridad de que no se iría. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario