Claro, ya sabes, todo eso que te dije una vez que me encanta la manera en la que echas a andar y bajas la cabeza, y miras al suelo. Tu risa y tus maneras. El momento exacto en el que me miras, y se para el mundo... Es cierto, no se qué hacer con eso, aunque también está el instante en que decides comportarte bien, y quererme, quizás, un poco, a tu manera... A nuestra manera.
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