viernes, 21 de octubre de 2011

Todo lo que podríamos haber sido tu y yo si no fuéramos tu y yo.

¡Jodido el día en que decidiste hacerte un hueco en mi vida! ¡Jodido el instante en el que mi corazón te abrió sus puertas! ¡Jodido el momento en el que decidí construir recuerdos junto a ti!
No fuiste mas que un simple paleto, por decirlo de una forma educada, en una asignatura tan importante como esta(el amor). Me avergüenzas, me das simple pena, ¿pero a que no te atreves ahora a decirme que crees que me pasa? Claro se te caería la cara de vergüenza si me miraras, sabes que después de todo no eres ni la simple tapa del tacón que llevo puesto, ¡imbecil! Pero, no importa cariño, yo te lo digo, lo que me pasa es que estaba encadenada a ti, loca por ti, vamos, que estaba enamorada, y ¡si, joder, si! te lo dije  sin rodeos alguno como te gustaba que lo hiciera y repitiese cuantas más veces mejor.
El amor puede ser bonito, lo mejor que te pase, infinito, eterno, mágico, pero también efímero y doloroso. Pudimos ser malabaristas del amor, amantes audaces, ágiles, crueles, pasionales, expertos en este campo, pero tu no quisiste, era mejor dejarlo todo ahí. No quisiste darme todo lo que pedía, no quisiste que volviéramos a repetir esos besos matinales en nuestra mítica playa, esos paseos por la calle de la amargura, que desembocaban en llantos, pero de felicidad eh! de aquella aun me hacías sonreír (y volar); continuábamos nuestro camino en la avenida del placer hasta que me llevabas a la la calle de la pasión, que bien nos lo pasábamos allí, ¿no crees?. O es que ¿acaso no te gustaban? Porque yo disfrutaba cual niño con un caramelo gigante en su pequeña boquita, pequeñas boquitas como la tuya, pequeñita y linda, suave, perfecta (para mi). Y subiendome por las ramas he acabado alagandote, rebajándome para decirlo más directamente, chico, yo no me enamoré de ti, me enamoré de nuestros recuerdos, de nuestras experiencias, de que fuiste lo mejor que me paso en la vida, de eso me enamore, de que fueras la única persona a la que tuve el valor de poner como eje central para poder estar con pensando en ti las 24 horas del día sin impedimento alguno. Me enamoré de esos defectos y manías que recuerdo que tenías, aquellas que no me gustaban y que te pedía que dejaras de hacer, ahora sin embargo no me importaría que me volvieras a dejar envoltorios de chuches en el bolso o mil tickets del autobús en la cartera, no me importaría porque te hecho de menos, a ti y a tus besos de cacahuete, a tu sonrisa y tu risa de crío, a tus ojos verdes y tus manos grandes (esas que no podía soltar cuando caminaba a tu lado). Te echo de menos, a ti ya tu obsesión por el house y llevarme la contraria. A tu obsesión por llamarme solo para decir : ¡BUENOS DÍAS, PRINCESA! a las 9 am, cuando aún estaba dormida.

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