domingo, 23 de octubre de 2011

Búscame.

No sé que hacer los domingos. Si tirarme en plan suicida a la cama (¿Casi 100 centímetros de altura sirven?) o conversar con la foto de la visabuela a la que jamás conocí y siempre me mira como diciendo "No hagas gestos inadecuados y/u obscenos, recuerda tus raíces y no defraudes a mi nieta". Escribiendo estas cuatro líneas se me ha ocurrido que podría empezar por escuchar por décimo sexta vez Boots of Danger 
quemar alguna sartén en un repentino intento por desayunar al estilo americano y... bueno, porque no, subir el volumen de mis cascos, tirar algo de ropa al suelo prometiéndome volverla a organizar después y tener una doble excusa para no cogerte el teléfono si llamas. Finalmente me decanto por hacer tanta de chocolate, natilla y galletas caseras.
Es que verás, soy demasiado expresiva y hasta en mis "Hola" se percibe un "vete a la mierda si vuelves a llamarme te cortaré la yugular" y aunque te resulte cortante, tan solo intento que me dejes mi espacio. A veces fantaseo con la idea de que la cagas, que te acuestas con otro y a mi me da uno de esos ataques histéricos que nos dan a las XX cuando los XY no saben controlar su pene y lo achacan a "Soy un hombre". Podría... ¡ya se! Podría transtornarme como Sienna Miller en Alfie 
[...] y todo sería más fácil. Tendría una jodida excusa para mandarte a la mierda, ir de dura por la vida de nuevo y no acabar yonki por un puto beso de buenos días. Porque oye, a mi los "te quiero" me la sudan, pero no me quites los besos de buenos días y los de "cállate" porque... me cabreo y ya no se me aguanta.
Pensándolo bien, llama. No te cogeré pero si insistes, me lo pensare. Búscame, me hace falta, aunque no lo diga por todo ese protocolo de la autosuficiencia y otras gilipolleces que acabarán conmigo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario